¿Como se puede agradar a Dios? ¿Que características deben encontrarse en mi vida para tener la certeza de que estoy agradando al Señor? Esta es una pregunta que todo creyente sincero debe hacerse en algún momento de su vida. Es muy fácil pensar que seguir los “pasos” comunes que todos los cristianos siguen (bautizarse, congregar, llevar los cursos de Escuela Dominical, servir en algún ministerio, etc.) son suficientes para considerar mi vida agradable; pero esto no es cierto. Aunque todos los puntos que he mencionado son importantes y es lo que se espera que todo creyente debe hacer; lo que buscamos aquí no es asegurarnos el agrado o buen testimonio delante de los hombres, sino de Dios mismo.

Tenemos que tener claro que el Señor “escudriña la mente y el corazón” (Apocalipsis 2:23); por lo tanto, el hecho de agradar al Señor tiene que pasar necesariamente por un asunto del corazón, las motivaciones, la vida interior mas que por los aspectos externos de una vida cristiana, la cual puede ser muy aceptable ante los demás; sin embargo, completamente desagradable ante los ojos de Dios (consideremos el caso de los fariseos, aceptables y respetables ante los hombres; sin embargo, el Señor Jesús no dudo en llamarlos sepulcros blanqueados – Mateo 23:27).

Estudiando la Palabra de Dios puedo ver algunos versículos que nos dan luz sobre las cualidades, pasos y rasgos de carácter que debe tener todo hijo(a) de Dios que quiera agradarle. Quiera el Señor ayudarnos a tomar su Palabra y obedecerla. Entonces, sin mas, empecemos a revisar la Palabra del Señor:

¿Como puedo agradar a Dios?

1. Agradamos a Dios cuando no vivimos en la carne

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” (Romanos 8:7-8)

Cuando un creyente vive en su carne no agrada a Dios. Pero hemos de precisar: ¿que significa vivir en la carne? Significa seguir viviendo en los designios, deseos, anhelos y motivaciones egoístas de la naturaleza humana caída sin redimir. Al llegar a ser hijo de Dios, mi vida ahora tiene un nuevo amo, un nuevo Señor y una nueva naturaleza: la espiritual. Eso implica nuevos anhelos, motivaciones, deseos y capacidades para ir en pos de conocer y obedecer al Señor por el poder del Espíritu Santo. Sin embargo, la desobediencia del creyente le hace regresar al estado de donde el Señor lo sacó, contristando al Espíritu Santo y caminando en orgullo, al rechazar el señorío de Cristo en su vida.

No agradamos a Dios cuando vivimos en nuestra carne, cuando nuestro mayor anhelo y deseo no es Dios mismo. Esto es pecado y un estilo de vida carnal es muy peligroso: es señal de que muy probablemente esa persona no conoció realmente al Señor, es decir, su salvación no es genuina.

Vivir en el Espíritu agrada a Dios

2. Agradamos a Dios cuando no vamos tras la aprobación de los hombres

Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gálatas 1:10)

Este es un asunto del corazón: agradamos a Dios cuando la motivación de nuestro corazón no es principalmente obtener el aplauso de los hombres ni su opinión favorable, sino la del Señor en primer lugar. Recordemos que la Palabra de Dios nos dice en 1 Samuel 2:30 que  “Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco”, y “los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él” (2 Crónicas 16:9).

Podemos engañar a los hombres, nuestras palabras pueden decir que nuestra prioridad es Dios; pero al Señor no lo podemos engañar (Gálatas 6:7), El conoce las intenciones mas profundas de nuestro ser y le somos agradables cuando buscamos de todo corazón serle agradables a El en primer lugar, y esto nos puede llevar, en algunas ocasiones, a hacer cosas que serían consideradas como locas, incorrectas o absurdas a los ojos de los hombres (ver Hechos 5:29)

¿Cúal es la verdadera intención de nuestro corazón?

3. Agradamos a Dios cuando somos fieles en predicar el evangelio

“pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición.
Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones” (1 Tesalonicenses 2:2-4)

Pablo dice algo sorprendente aquí al escribir a los tesalonicenses:

  • Habían anunciado el evangelio de Dios en medio de gran oposición.
  • Lo que predicaban esta limpio de impureza doctrinal y de impureza moral; quiere decir proclamaban lo correcto y eran personas integras para proclamarlo.
  • Dios los había aprobado y les había confiado la predicación del evangelio. Los dos puntos anteriores eran la demostración, la evidencia de este hecho.
  • La motivación de Pablo y su equipo era agradar a Dios, quien prueba los corazones de sus siervos.

¿Lo pueden ver? Lo que Pablo dice no está en orden cronológico, pero si lo podemos ordenar sería así: En primer lugar, Dios los había aprobado y confiado el evangelio para su predicación. Luego, la motivación de ellos era agradar a Dios. Entonces el Señor, quien prueba los corazones, permite situaciones como las que vivieron para que se muestre lo que realmente había en sus corazones. Ellos fueron siervos fieles al permanecer predicando el evangelio aún en medio de oposición, y no alteraron el mensaje ni fueron recipientes indignos de tal precioso mensaje. Esto validaba el hecho de que habían sido escogidos por Dios como instrumentos.

Tremendo! Entonces, agradamos a Dios cuando predicamos el evangelio y nos mantenemos fieles en medio de problemas y siendo íntegros, mensajeros dignos de las Buenas Nuevas de la salvación.

Predicar el evangelio aún cuando nuestra vida esté en peligro

4. Agradamos a Dios cuando vivimos en santidad (pureza)

Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más.
Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación
”  (1 Tesalonicenses 4:1-3)

Si bien es cierto que agradar a Dios tiene mucho que ver con las intenciones y motivaciones de nuestro corazón; también es cierto que esta directamente relacionado, o mejor dicho es la causa primera que define cual es nuestro estilo de vida. No puedo decir que mi corazón agrada a Dios, si mi estilo de vida desobedece los mandatos del Señor. El corazón, y las palabras, son engañosas. Mis hechos deben validar y evidenciar la naturaleza y condición de mi fe.

En este caso, Pablo nos dice que la voluntad de Dios es nuestra santificación, que nos apartemos de la inmoralidad sexual. Es claro que agrada a Dios la obediencia a su voluntad. El Señor Jesús es nuestro ejemplo perfecto: “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada” (Juan 8:29).

¿Que nos enseña la Palabra de Dios? Que debemos vivir en pureza en todo ámbito de nuestra vida, debemos apartarnos de toda inmoralidad y abundar mas y mas en un estilo de vida consciente y determinado a hacer la voluntad de Dios y agradarle. El Señor no tiene porque mostrarnos nada mas acerca de su voluntad para nosotros, mientras no obedezcamos este aspecto claro de su voluntad.

La voluntad clara de Dios es que vivamos en santidad

Hemos visto cuatro versículos donde podemos ver que características son agradables a Dios y concluimos que al Señor le agrada:

  1. Cuando no vivimos en la carne, sino en el Espíritu.
  2. Cuando nuestra motivación principal es agradarle a El.
  3. Cuando somos fieles en predicar el evangelio.
  4. Cuando vivimos en santidad y pureza.

La próxima oportunidad, Dios mediante, estaremos viendo los últimos cuatro versículos que he podido encontrar donde nos dicen como ser personas agradables al Señor. La pregunta final es ¿que opinas al respecto? ¿Cómo crees que puedes ser mas agradable a Dios, a la luz de lo que hemos visto en la Palabra de Dios?

Amén!