Ten cuidado de ti mismo, de lo que piensas, sientes y haces. Entendamos que la vida que vivimos es en parte importante, el resultado de lo que hacemos. Examinemos nuestras motivaciones, el porque hacemos lo que hacemos. Que hay detrás de nuestros actos, palabras, pensamientos. ¿Que es lo que buscamos realmente, porque nos esforzamos? Tenemos que tener claro que podemos engañar a las personas, aparentar ser lo que no somos, fingir atributos que no poseemos, impresionar a los demás, aun engañarnos a nosotros mismos; pero a Dios no lo podemos engañar. El conoce realmente hasta lo mas profundo de nuestro interior y es soberano.

"Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello; pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren"               (1 Timoteo 4:16)

Esta advertencia de Pablo es muy importante porque nuestra tendencia natural es a ser egoístas, centrados en nosotros mismos, no a buscar la gloria de Dios. Aun nuestros mejores actos, si no provienen de la voluntad del Señor, tienen una motivación egoísta y son carnales en esencia y en resultados. Ser honestos con nosotros mismos, examinarnos a la luz de la Palabra de Dios, de la oración, del consejo de otros creyentes y del sentido común nos preservará de ir por caminos de maldad. Nuestro corazón es engañoso, y podemos ser fácilmente engañados si no permanecemos en la luz de la Palabra de Dios, que es lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino (Salmos 119:105). En ese sentido, somos responsables delante de Dios por el estado de nuestro corazón y vida espiritual. Nadie mas lo es. Hemos sido comisionados a guardar por sobre todas las cosas nuestro corazón, para que sea agradable a Dios, para tener una vida espiritual sana, ferviente y creciente para El. Somos administradores de las cosas que Dios nos ha dado, comenzando por nuestra propia vida, sentimientos, pensamientos y acciones.

Ten cuidado de ti mismo

Ten cuidado de lo que enseñas, porque eso afecta directamente a las personas que están a tu alrededor. Lo que enseñamos es pues la expresión de lo que creemos, y afecta la eternidad y la vida espiritual de quienes están a nuestro lado. Un maestro que desconoce la Biblia, o que la enseña incorrectamente pone a sus oyentes en peligro de todo tipo de pensamientos nocivos, doctrinas erradas, comportamientos pecaminosos y muchas cosas mas. Un maestro que se niega a enseñar la Biblia y la sustituye por todo tipo de actividades que son recreativas, "relevantes", modernas condena a sus oyentes a poner su fe en un hombre, sus ideas, su filosofía y no en la persona y obra de Cristo Jesús. Si no predico el evangelio, ¿como se salvaran las personas? ¿por mi testimonio? ¿por música, películas, ideas, juegos? Si no enseño la Biblia a los creyentes, ¿como se edificaran? ¿por cuentos y fabulas? ¿por esperar un "mover" de Dios?

Ten cuidado de la doctrina que crees y enseñas

No, hermanos, no seamos infantiles. La fe viene por el oír la Palabra de Dios y nuestro crecimiento viene por alimentarnos de ella. Es la base que el Espíritu Santo usa para edificar a los suyos. Buscar otra cosa es edificar sobre paja, heno y hojarasca. Y eso se quema.

"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos: Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno" (Salmos 139: 23-24)

Busquemos al Señor, sea cual sea nuestra situación presente, examinémonos en la Palabra y en oración. Que su sabiduría nos ilumine y su Espíritu nos guíe a hacer su voluntad siempre. No lo que yo quiero Señor, sino lo que quieres tu, aunque eso en un principio no me guste o no lo entienda.

Amen!

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