Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven. Por tanto, me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza

(Job 42:1-6)

 

Dios no es el origen del sufrimiento; pero si lo permite en nuestras vidas en determinadas circunstancias con el propósito de moldear nuestro carácter a la semejanza a Cristo Jesús. Por ende, debemos confiar en Él, que no dejará que seamos probados más allá de lo que podamos resistir. Si tomamos una buena actitud en medio de la prueba, podremos conocer más de Dios, de su carácter y sus santos y soberanos propósitos.

Debemos comprender que no sólo Dios nos permite el sufrimiento, sino que Él nos ha llamado a sufrir por causa de Cristo. Esto no es así porque el Señor se complazca en nuestro dolor, sino porque vivimos en un mundo caído y Dios nos llama a consagrarnos para El y pagar el precio de seguir a Cristo en medio de un mundo que le aborrece. Asimismo, el sufrimiento perfecciona nuestra fe, fortalece nuestras convicciones, nos establece en la verdadera palabra de Dios, nos acerca mas al Señor.

 

1. ¿Qué perspectiva nos da Dios en medio del sufrimiento?

Lo primero que tenemos que pensar en tiempos de sufrimiento es que pase lo que pase en nuestras vidas, nada ni nadie nos puede separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39)

Lo segundo que tenemos que tener en cuenta es que el sufrimiento no debe sorprendernos. Parte de nuestro llamado como hijos de Dios es a padecer tribulaciones por causa del evangelio. ¿Por qué sufren los justos? Esta es una pregunta que ha estado en la mente, labios y corazón de infinidad de generación de creyentes a lo largo de los siglos. A diferencia del espíritu materialista y pragmático de este mundo, el creyente debe saber que parte de su llamado, vocación y vivencia en esta vida tiene que ver con el sufrimiento. Dios no promete quitarnos el sufrimiento, pero si promete darnos la victoria en medio de ella y después del momento difícil. Esa debe ser nuestra esperanza y consuelo.

Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12)

Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él” (Filipenses 1:29)

Lo tercero que tenemos que recordar es que no estamos solos en el sufrimiento. No debemos olvidar que Cristo, el Hijo Santo de Dios, nos dio ejemplo de una vida en la que el sufrimiento tenía su parte también. Si alguien en esta tierra experimentó quebranto, dolor y aflicción fue Jesucristo nuestro Señor:

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca” (Isaías 53:3-7)

Lo cuarto que tenemos que recordar es que Dios permite tribulaciones en nuestras vidas, pero también promete socorro, protección y liberación a los justos que confían en El y claman a El en busca de ayuda

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33)

Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová” (Salmo 34:17-19)

Lo quinto que tenemos que recordar es que las pruebas, tribulaciones y el sufrimiento asociado a ellas son temporales y propias de este mundo. La Palabra del Señor promete que vendrá tiempo donde El secará toda lágrima y nos consolará en una eternidad perfecta y libre de todo pecado y sufrimiento:

Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:16-18)

Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” (Apocalipsis 21:3-5)

Algo muy importante que debemos tener en cuenta es que a veces el sufrimiento que vivimos es causa de nuestro pecado. El pecado y sus consecuencias producen sufrimiento y la Biblia nos alienta a luchar contra ello y depender del poder el Espíritu Santo para vivir una vida victoriosa a pesar de la lucha. Además del pecado, hay circunstancias fuera de nuestro control, como enfermedades o desgracias, las cuales también provocan gran sufrimiento. Vemos en el testimonio de grandes hombres de Dios como ellos también padecieron gran aflicción y nos anima a esperar y depender de la gracia de Dios en momentos de grave tribulación y confusión

Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:7-10)

 

2. ¿Qué esperanza nos da la Palabra de Dios en medio del sufrimiento?

Debemos confiar en que Dios es santo y nunca permitirá que seamos probados más allá de nuestra capacidad para resistir

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios 10:13)

Debemos descansar en la soberanía y los planes buenos y santos de Dios aun en medio de nuestra tribulación, aun cuando no la entendamos y cuando estemos padeciendo por gran sufrimiento. No siempre podemos entender todos los motivos por los que Dios permite el sufrimiento en nuestras vidas y Dios no promete explicárnoslo, pero si nos manda a confiar en su santidad y bondad aun en medio de ello.

Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia. Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno” (Job 1:18-22)

que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 Pedro 1:5-7)

Aun debemos tener en cuenta que las tribulaciones que vivimos nos fortalecen cuando las afrontamos correctamente, nos dan sabiduría, forjan en nosotros paciencia, nos dan un mejor entendimiento, forman en nosotros un corazón humilde y sencillo. Asimismo, cuando vemos las cosas de una manera menos egoísta podemos entender que las tribulaciones que vivimos nos ayudan a poder ayudar a otros que también estén sufriendo.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” (2 Corintios 1:3-4)

Nuestra fe en el Señor Jesucristo vence al mundo pues por medio de ella hemos sido salvos y libres de la condenación del infierno y aceptados como hijos amados de Dios para vivir por siempre con El. Dios tiene el poder de terminar en bien todas las cosas que suceden a sus hijos. Él es soberano y orquesta todas las cosas para la gloria de su nombre y para el bien de sus hijos

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28)

Por tanto, podemos vivir en gozo porque somos más que vencedores en Cristo Jesús. El sufrimiento, aun la muerte no nos puede separar de Dios ni de su amor. Aun la muerte es ganancia para los santos. Ya hemos sido salvados de la condenación del infierno y del pecado, ya hemos ganado, ya hemos sido salvados.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:37-39)

  • ¿La muerte nos puede separar del amor de Dios? NO
  • ¿Los demonios pueden atacarnos y destruirnos? NO
  • ¿Estamos solos en el presente desamparados por Dios? NO
  • ¿Dios nos desamparará en algún momento? NUNCA

Ni aflicción, ni tribulación, ni enfermedad, ni crisis, ni desgracia, ni muerte, ni persecución, nada ni nadie ni en esta vida ni en la venidera nos puede separar de la mano bondadosa, poderosa, santa y soberana de nuestro buen Dios quien nos tomó por sus hijos y nos guarda por su poder. ¡Aleluya!

 

3. ¿Cómo puedo conocer a Dios en medio del sufrimiento?

 

El ser humano por naturaleza busca huir de cualquier situación difícil y no todos somos capaces de procesar el sufrimiento de la mejor manera; pero lo peor que podemos hacer es reprimir nuestras emociones, cuando lo mejor que debemos hacer es acercarnos al Señor y derramar nuestro corazón delante de Él.

Podemos reconfortarnos en algunos hechos ciertos de la Palabra de Dios:

  • Dios es bueno y santo, la tribulación y aflicción no cambia este hecho inconmovible
  • Cristo entiende todas las vicisitudes que pasamos, porque El mismo fue probado en todo, pero sin pecado
  • Dios sabe lo que significa sufrir. El sufrió por nosotros lo indecible; por ello puede comprendernos cuando sufrimos
  • El Señor ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin
  • En la sabiduría soberana de Dios, El permite que seamos probados para que nuestra fe sea fortalecida y purificada
  • Podemos confiar plenamente en el hecho de que el Señor es nuestro pastor y no dejará de pastorearnos en la prueba y dificultad, sino que va con nosotros aun en medio de la dificultad

Después de haber padecido muchas tribulaciones, Job tuvo el privilegio de conocer a Dios en medio del sufrimiento:

Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven. Por tanto, me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza

(Job 42:1-6)

  • Job reconoció que no conocía realmente a Dios, tenía una percepción limitada y equivocada de Dios, de su santidad, poder y propósitos
  • Job pidió a Dios que le enseñe su verdad, que le ayude a comprender la verdadera dimensión de las cosas
  • Job se arrepintió de su altiva forma de pensar, de atribuir despropósitos a Dios, de dudar de su amor, soberanía, control y cuidado sobre toda su creación.

 

 

4. Aplicaciones para la vida: ¿Qué debo hacer en medio del sufrimiento?

Quiero confiar en el amor y el poder del Señor quien está atento a mi clamor y no permitirá que sea probado más allá de lo que pueda resistir, sino que me dará la victoria

Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores” (Salmo 34:4)

Decido vivir en gozo y confianza, mas no en temor ni angustia. Quiero que mi corazón descanse en el hecho de que mi Dios reina poderoso y nada me puede apartar de su amor, ni la muerte ni nada

Quiero seguir buscando al Señor, adorándole y sirviéndole aun en medio de mis problemas. No quiero alejarme del Señor, sino más bien aprender a esperar en El, confiar en Él y descansar en sus promesas

Torre fuerte es el nombre de Jehová; a él correrá el justo, y será levantado” (Proverbios 18:10)

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmo 23:4)

Voy a pasar tiempo meditando en la Palabra del Señor, leyendo las historias bíblicas de hombres y mujeres que pasaron pruebas pero que confiaron en Dios y fueron librados

Voy a orar cada día específicamente por sabiduría de Dios, por paciencia, por entendimiento, para saber sobrellevar los momentos difíciles que en algún momento tenga que vivir (Santiago 1:5)

 

Amén!

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