En esta oportunidad quiero compartir con ustedes un tema más en ocasión por la Semana Santa. Quiero reflexionar acerca de la bendición que significó la venida de nuestro Señor Jesucristo su muerte y su resurrección para la humanidad.  El Señor Jesucristo vino a esta tierra para bendecirnos, pero no vino solamente a darnos un regalo: Él se dio a si mismo por nosotros. Hay una gran diferencia entre dar un regalo y darse uno mismo. Hay un grado de compromiso diferente. Cristo se hizo pobre para que nosotros podamos ser enriquecidos y eso es de lo que quiero compartir con ustedes hoy.

Leamos por favor 2 Corintios capítulo 8 verso 9:

Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, siendo rico, sin embargo, por amor a vosotros se hizo pobre, para que vosotros por medio de su pobreza llegarais a ser ricos

1. La gracia de Dios se ha dado a conocer en Cristo

Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo

Lo primero que tenemos que entender es el contexto de esta sección. Pablo está animando a los creyentes corintios a que sean parte de la ofrenda que se está recolectando para la obra de Dios y los santos que se encuentran en necesidad. Para ello pone como ejemplos a los creyentes pobres de la región de macedonia quienes a pesar de la pobreza en la que se encontraban se dieron a sí mismos y al Señor rogando al apóstol tener la oportunidad de poder participar en la obra de Dios con su generosidad. Es un ejemplo hermoso de desprendimiento y de generosidad, pero aun el apóstol Pablo tiene un argumento mayor para animar a los creyentes a ser generosos de corazón y dar a Dios y a los que necesitan: Cristo mismo. Él es el ejemplo supremo de generosidad y de entrega amorosa por el bien de otros.

¿Que vino a entregarnos Cristo? Bueno podemos pensar en muchas maneras en las que Cristo vino a bendecirnos, pero empezaremos por esto. Cristo ha venido para darnos a conocer la gracia de Dios. Pablo argumenta a los corintios: “No necesito hacerles recordar la generosidad que debieran tener porque ustedes ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo”. Dios se dio a conocer en su Palabra. En el Antiguo Testamento nos dio a conocer su carácter y santidad. Conocemos a un Dios santo celoso y que bendice y guarda su pacto sobre los que le temen y le obedecen. Conocemos a Jehová de los Ejércitos Dios grande y temible que sale en defensa de su pueblo y que demuestra su poder con maravillas y grandezas. Pero la gracia y la misericordia la podemos entender de mejor manera en la persona de Jesus el Hijo de Dios.

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer (Juan 1:14-18)

Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras (Tito 2:11-14)

Podemos llegar a pensar indebidamente de Dios si solo examinamos el Antiguo Testamento. Aunque hay destellos de su gracia y misericordia donde vemos con claridad el carácter de Dios en su Hijo Unigénito Cristo Jesús. Cristo no es otro Dios distinto al del Antiguo Testamento. El y el Padre son uno, pero la revelación progresiva de la Biblia nos va enseñando como no solo el plan de Dios sino la revelación de su carácter y propósitos se van mostrando progresivamente a lo largo de los siglos y las páginas de la Biblia. ¡Que bendición que la gracia y misericordia de Dios se han revelado a los hombres! Lo que el hombre no podía conocer por sus propias fuerzas y capacidades Dios lo ha dado a conocer. Y sobre el conocimiento hay responsabilidad. Dios te ama y te llama a salvación. Hoy tu sabes que Dios te ha amado y ha enviado a su Hijo para tu salvación. Hoy tú debes decidir si recibir la salvación que Dios te regala o rechazarla, pero no puedes permanecer indiferente ante la muestra de amor de Dios.

2. Cristo siendo rico se hizo pobre para bendecirnos

que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se hizo pobre

Lo segundo que vemos en este texto es que no solo Cristo vino a revelarnos la gracia de Dios, sino que El mismo se ofreció a sí mismo. Su encarnación es justamente la mejor manera de mostrarnos la gracia de Dios. El siendo rico se hizo pobre por amor a nosotros. El condescendió con la humanidad perdida asumiendo la forma humana con todas sus limitaciones y flaquezas, pero sin pecado identificándose con nosotros para ser nuestro Salvador.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:5-11)

Tal vez usted no lo puede comprender, pero déjeme ayudarle a reflexionar en todo lo que Cristo hizo por usted por mí y por toda la humanidad pecadora:

  • El Dios Infinito y eterno se redujo a la esfera de lo finito y temporal
  • El Dios que sostiene todo con su poder se entregó en manos de pecadores
  • El Dios que es Autor de la vida experimentó la muerte por nosotros
  • El Dios Santo se hizo pecado por nosotros al morir en una cruz
  • El Dios Todopoderoso se rehusó a bajar de la cruz para morir por la humanidad
  • El Dios que tiene toda autoridad se hizo siervo de todos por amor
  • El Dios que habita en luz inaccesible se hizo carne y sangre para ser visto por todos
  • El Dios que ni los ángeles se atreven a mirar se hizo un humilde rabino judío
  • El Dios que demanda castigo por el pecado se ofrece a sí mismo para castigar el pecado de la humanidad

Creo que ya tenemos más claro lo que Cristo dejó y lo que Cristo hizo por nosotros. Para que el ser humano pudiera ser salvo un hombre debería pagar con su vida. Y no cualquier hombre sino uno capaz de representar a toda la humanidad. Por ello Dios mismo descendió y se hizo hombre para poder ser el sumo representante de la humanidad y quien siendo santo e inocente se hizo pecado por nosotros para salvarnos:

Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas. (1 Pedro 2:21-25)

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero (Gálatas 3:13)

3. Por medio del sacrificio de Cristo podemos ser bendecidos

para que vosotros por medio de su pobreza llegarais a ser ricos

La maravilla del evangelio es que no solo Jesucristo se entregó por nosotros para satisfacer la santidad y la justicia de Dios, sino que también lo hizo por amor al hombre para ser el Salvador de la humanidad y para darnos bendición y vida eterna. Pablo dice que por medio de su pobreza nosotros podemos llegar a ser ricos. Esto nos habla de la necesidad de la muerte del Señor Jesucristo a nuestro favor. Es su muerte la que pudo posibilitar la salvación del ser humano. El hombre por sí mismo no puede salvarse. Sin la obra de Cristo es imposible la salvación de la humanidad.

Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús (Romanos 3:21-26)

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. (2 Corintios 5:21)

Esta es la buena noticia del evangelio que hoy quiero compartirte: Dios ama al hombre y desea su bendición. Sin embargo, el ser humano es pecador y está separado de Dios. El ser humano es pobre: está perdido en su pecado y no tiene esperanza de salvación. Pero Dios “que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Efesios 2:4). Él se identificó con nuestra pobreza y con nuestra debilidad haciéndose hombre para identificarse como nuestro salvador. Ahora Cristo ha muerto por nuestros pecados en la cruz el camino hacia Dios ha sido abierto y el regalo de la salvación está disponible para todo hombre de toda tribu lengua y nación. Dios hoy te quiere bendecir con la salvación. Él quiere tener una relación personal contigo y hoy te invita a conocerle por medio de la fe en el Señor Jesucristo. Hoy te invito a arrepentirte de tus pecados y a confesar a Cristo como Señor y Salvador. Si haces eso hoy mismo serás salvo. Dios perdonará tus pecados y te dará paz y vida eterna.

4. Aplicaciones para la vida

Si Dios te ha amado de esta manera entonces no debemos desaprovechar el maravilloso regalo de la salvación de Dios. Y no solo eso, sino que debemos vivir una vida de gratitud y generosidad. Si Dios se ha humillado a si mismo por amor a nosotros entonces nosotros debemos someternos a Dios y vivir agradecidos sirviéndole y amándole con todo nuestro corazón. No solo debemos entregar nuestras finanzas a Dios sino como los corintios debemos darnos a nosotros mismos en servicio a Dios.

Ese es el camino que Dios nos ha trazado y esa es la vida que queremos vivir para la gloria de Dios.

Oremos al Señor

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