Usted no tiene la menor idea de lo que es el amor si no entiende cual es la definición bíblica del mismo. Solemos ver y tomar como comunes escenas de celos, peleas absurdas entre parejas, maltratos verbales, físicos, infidelidad y promiscuidad como algo normal, como aspectos o facetas del amor. También es común ver cientos de personas iniciando y terminando relaciones amorosas con otras personas a quienes a duras penas conocen, con quienes incluso tienen intimidad física, pero con quienes tienen muy poca comunicación y transparencia. El respeto mutuo es cosa del pasado, la paciencia, el guardar los limites y quemar las etapas propias de una relación interpersonal han sido dejadas de lado en favor del oportunismo, el sentimentalismo barato y la absurda filosofía de “si te gusta, hazlo”. Vemos en las películas, las canciones, las conversaciones y en todas partes como la sociedad nos impregna con su definición del amor: un sentimiento, un estado emocional donde todo es mas bonito, donde los problemas no existen, donde no importa el pasado ni el futuro, solo el “ahora”. Somos bombardeados con la idea de que el amor es hermoso pero también cruel, que estamos de alguna manera presos de el y que simplemente debemos seguir la vida disfrutando el momento, en busca del amor verdadero, de ese perfecto amor que cambiara nuestra vida por completo.

La infidelidad es propia del amor degenerado que enseña la sociedad alejada de Dios

Lo peor de todo es que esta definición inmadura y errada del amor no nos cuenta su lado oscuro: que los sentimientos humanos son volubles e impredecibles, que una relación basada en la emoción durara mientras estas sean agradables: en cuanto empiecen los problemas propios del proceso de conocimiento entre dos personas que vienen de dos realidades completamente distintas, entonces vendrán las infidelidades, los engaños, el abuso emocional, el chantaje, la manipulación, las heridas, el abandono. Muchas lagrimas se han derramado en nombre de este falso concepto del amor; muchos corazones se han roto, algunos para nunca mas volver a repararse. Pero seguimos pensando que conocemos el amor y, lo que es peor, seguimos pensando que cometiendo los mismos errores obtendremos resultados diferentes en el extraño mundo de conocer y amar a una persona.

Ahora, esto no es ajeno a la Iglesia del Señor, sino que aun los creyentes hemos cometido crasos errores en esta materia. Inmaduros emocionalmente, hemos seguido los principios distorsionados de la sociedad en vez de buscar en la Palabra de Dios los principios eternos sobre este tema tan importante. Hemos hecho caso mas a nuestro corazón que a lo que Espíritu Santo nos quiere enseñar, y hemos bebido en nuestra propia vida los resultados de desobedecer los mandatos de Dios. Infinidad de parejas que viven juntas pero no en “una relación de una sola carne” son testigos tristes de que podemos engañar a los hombres, pero no a Dios, y que todo lo que sembramos, eso mismos cosechamos, sea del Espíritu para vida eterna o de la carne para muerte (Gálatas 6: 7).

Desobediencia al Señor nos garantiza lagrimas, dolor y muchos problemas

¿Cuales son los principales errores que cometemos los cristianos en este tema?

1. Yugo desigual: Cuando el creyente pone su atención en una persona que no es creyente. Esta por demás decir que la Biblia categóricamente prohíbe este tipo de relaciones (2 Corintios 6: 14), así que incumplir este punto es simple y llanamente rebeldía al Señor.

2. Yugo desigual entre creyentes: Este error es mas sutil, pero no por ello menos peligroso. Muchos creyentes se conformaran con saber que la persona amada es creyente, sin preguntarse si realmente tiene el mismo grado de madurez espiritual, la misma visión en cuanto al servicio al Señor, la misma posición doctrinal, los mismos intereses. Lamentablemente, la madurez no se puede fabricar, es un proceso que toma tiempo y es el Señor quien la guía. Si no buscamos la voluntad del Señor, para conocer si la persona que nos interesa agrada a Dios, igual experimentaremos problemas y tristezas (Amos 3:3).

3. Quemar etapas: Una relación amorosa es la conclusión de un proceso de conocimiento y amistad; y es a la vez el inicio de otro proceso, mas complejo, intimo y delicado, de involucramiento emocional que tiene por fin el matrimonio para toda la vida. Si me salto las etapas y quiero empezar una relación con una persona con la que no he tenido amistad y compañerismo previo, tendré problemas. Es en la amistad donde conocemos a la persona en muchas de sus facetas y somos conocidos de la misma manera. Es la mejor base para poder iniciar una relación. Querer ahorrar tiempo nos hará desperdiciarlo mucho mas, además de las heridas, temores y dolor que dejara como consecuencia (Proverbios 19: 2)

4. Centrarse en lo físico: Una relación que sólo se basa en besos, caricias – o aun peor, en relaciones sexuales – nunca terminará bien. Es una tentación muy grande intercambiar la intimidad física por la del alma; pero también es el peor trueque de la historia: la ebullición hormonal termina tarde o temprano, dejándonos al lado de un perfecto extraño; dos seres egoístas que solo buscaban complacerse a si mismos que de pronto se dan cuenta de que compartieron tiempo, actividades, pero jamás intereses, sueños, temores, anhelos ni su corazón (Romanos 13:10, Efesios 4:2).

5. Ser dominado por la pasiones: Si quiero iniciar una relación amorosa porque no quiero estar solo(a); esa es una muy mala motivación para tener pareja. Si no tengo dominio propio estando solo, ¿seré tan ingenuo de pensar que lo tendré cuando tenga a mi pareja entre mis brazos? Lamentablemente, el corazón es perverso y engañoso, y cuando nos dejamos dominar por nuestras pasiones, manipulamos, forzamos las cosas para que funcionen, aparentamos lo mejor de nosotros, no somos sinceros dado que buscamos solo una cosa: satisfacción emocional y/o sexual; a costa de la otra persona (Proverbios 6: 27; 2 Timoteo 1: 7).

6. Cuando la relación amorosa sustituye la comunión con Dios: Vivir una relación es algo hermoso, motivador y emocionante. Nuestras hormonas están a mil por hora, todo nos parece perfecto en la otra persona y tendemos a pasar mucho tiempo pensando en la otra persona. Peligroso es cuando esa avalancha de emociones nos sobrepasa y perdemos el equilibro de nuestra vida, somos absorbidos por la otra persona, y lo que es peor: dejamos de lado nuestra comunión con Dios. Al dejar de lado a Dios de nuestras vidas, perdimos el cimiento sobre el cual fundamentar todo lo que hacemos. El fracaso de la relación es solo cuestión de tiempo. Una persona no puede ser el fundamento de nuestra vida o el catalizador de nuestra energía y fe. No podemos robarle a Dios la gloria que solo a El le corresponde (Mateo 22: 37-38, Éxodo 34: 14).

7. Falta de transparencia y comunicación: La confianza es la base de toda relación; y no existe confianza sin comunicación, respeto y transparencia. Una persona que es insegura, que aparenta y oculta cosas, no puede ser transparente con nadie. Sin una comunicación clara, los presupuestos, las dudas, los temores hacen mella en la relación y pronto todo se derrumba. Una persona que no se comunica con su pareja le demuestra sin palabras el poco respeto y valor que le tiene al no considerarla(o) en sus decisiones y pensamientos (Colosenses 3: 9; Efesios 4: 25).

8. Inmadurez emocional: Una persona que es inmadura emocionalmente depende de la otra para seguir adelante con su vida, no respeta los limites de la interacción humana y confunde los roles, los tiempos y los deberes/derechos de una relación que recién se esta construyendo. Dicho en otras palabras, tu enamorada no es tu esposa ni tu novia y viceversa. Existen limites, cosas que no se dicen ni se hacen en cada etapa de una relación amorosa; y no se pueden traspasar esos limites sin experimentar problemas. La persona inmadura emocionalmente es egoísta y eso va contra la definición básica del amor: dar sin considerar recibir nada a cambio en busca del bien de la persona amada. (1 Corintios 13: 5)

En las relaciones amorosas, muchos somos niños emocionalmente hablando

Entonces, ¿que es el amor?

Lo discutiremos en otro artículo; pero por ahora me basta con decir que el amor se encuentra en Dios, se vive al conocerlo y se profundiza al tener una comunión creciente con Dios y con las personas que nos rodean. El principal obstáculo al amor soy yo mismo, porque no tengo idea de lo que es el amor tal y como la Biblia la revela. Necesito que Dios me muestre el amor bíblico y me permita vivirlo.

Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo el que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. 
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él.
En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados
” (1 Juan 4: 7-10)

Amen!