Si quieres servir al Señor con mas tiempo disponible entonces quédate soltero. Te evitaras responsabilidades, tiempo y fuerzas que podrás enfocarlas en la obra del ministerio. Pero si lo que quieres es crecer a la semejanza del Señor, ser como El, entonces cásate porque el matrimonio sacará a la luz aspectos de tu persona, defectos y pecados que jamás enfrentarías estando soltero.

Que pena que muchas personas preferirán encerrarse en su soledad, esconderse tras el activismo ministerial, o en su trabajo, en con sus amigos en vez de enfrentarse a su esposo(a). Que triste que muchos preferirán vivir como eternos adolescentes, sin comprometerse con otra persona de por vida. Que pena que muchos escogerán esconderse tras miles de cosas en vez de darse a conocer y conocer a otras personas. Nunca crecerán, nunca se enfrentaran a si mismos, nunca se atreverán a amar y ser amados.

Todo esto en base a una falsa idea sobre el matrimonio: no es un suicidio, no es el fin de la libertad, no es una esclavitud. Tampoco es un pase libre a placeres sin limite, o el sinónimo de la felicidad absoluta. Porque, mis queridos amigos y hermanos, el Señor diseñó el matrimonio no para hacernos felices, sino para hacernos mas santos: el propósito del matrimonio es que crezcamos en santidad al aprender a amar a una persona pecadora, imperfecta y completamente diferente a nosotros tal como Cristo nos ama a nosotros.

La perspectiva biblica del matrimonio

Por ello, el mandato bíblico a los esposos es claro: amar a sus esposas como Cristo amó a la iglesia. Esto no puede entenderse de otra manera: amarlas de manera sacrificial, incondicional, permanentemente. Amarlas aunque no sientas hacerlo, aunque pienses que no lo merezcan, aunque no hagan nada para ganárselo. Y el mandato a las esposas es similar: someterse, honrar y respetar a sus maridos, otorgándoles el lugar de honor y valor, siendo esa mujer que les da bien y no mal todos los días de su vida (Proverbios 31: 11-12), su compañera, ayuda idónea y sostén en todo momento, la guardadora de su corazón.

Estas maravillas del amor solo se pueden entender en el contexto del matrimonio, tal como Dios lo diseñó: un soltero no puede entenderlas. Por ello dice la Palabra que el que halla esposa halla el bien y el favor de Jehová (Proverbios 18: 22). El hallar esposa es hallar el bien, es una expresión del favor de Dios. Es una hermosa oportunidad para crecer en santidad, en servicio, en amor, en comprensión, en capacidad de escuchar, perdonar, consolar, exhortar, animar, etc. Es crecer en intimidad con otra persona, llegando a ser "una sola carne".

Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amo a la iglesia y se entrego asimismo por ella

¿Te atreverás a crecer y aprender el amor bíblico al amar a la persona que Dios puso a tu lado, tal como Dios manda? (Malaquías 2:14, Génesis 2: 24); ¿O siendo soltero, dejaras que el Señor te guíe hacia tu compañero(a) para toda la vida, dejándote conocer y conociendo?

Que Dios nos ayude hermanos, que nos guíe hacia su perfecta voluntad.
Amen!

"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella"  (Efesios 5:25)

"Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama"    (Efesios 5: 28)