Para terminar este tema, ahora vamos a contrastar la postura tradicional (Dios tiene una voluntad específica para cada creyente que involucra con quien se va a casar, donde va a trabajar y en qué ministerio va a servir) con la postura de la sabiduría (El Señor ha revelado en su Palabra principios generales que todo creyente debe seguir y debe usar como lineamientos y pedir dirección para tomar decisiones en sabiduría). Sabemos que “cambiar el chip” con que hemos sido enseñados es difícil pero es necesario si realmente queremos ser bíblicos y si queremos disfrutar de la libertad que Cristo compró para nosotros.

No debemos nunca olvidar que Dios es soberano, así que El siempre cumplirá sus propósitos, aun a pesar de nosotros. Nuestras decisiones no cancelan la voluntad de Dios, más bien son uno de los canales por donde ella se expresa.

La postura tradicional

Esta postura tradicionalmente enseña que Dios tiene un plan y un propósito único para cada persona y que nadie más puede cumplir. Asimismo enseña que Dios tiene una persona idónea para cada creyente, un trabajo, un ministerio y para cada decisión importante, el Señor tiene un (y solo un) camino para cada uno de sus hijos. Esta postura está basada en pasajes como:

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti” (Salmos 32:8-9)

Respuesta: Este salmo habla de la dicha del perdón y la libertad que tiene el creyente cuando confiesa su pecado y Dios le perdona y le guía hacia la obediencia. Es la dirección de Dios hacia el cumplimiento de su voluntad moral, no indica que Dios tenga una guía específica e individual para cada creyente.

Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio” (Hechos 16:6-10)

Respuesta: Es claro que Pablo fue clave en la expansión del evangelio en el primer siglo. Su vida narrada en el libro histórico de Hechos nos lo muestra así, pero no es normativo para cada creyente. No hay nada en el texto, o en otros textos, que sugiera que Dios guía siempre por medio de sueños, revelaciones u otros medios sobrenaturales a los creyentes. El caso de Macedonia fue un caso excepcional en la vida del apóstol Pablo y no vemos otro caso parecido ni aun en su propia vida. El apóstol Pedro vivió algo parecido (Hechos 10) pero su caso es similar a Pablo.

Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Efesios 5:15-17)

Respuesta: Si leemos el contexto de este pasaje es claro cuál es la voluntad del Señor: que no seamos dominados por el vino, en lo cual hay disolución, sino que seamos llenos del Espíritu Santo.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2)

Respuesta: Este pasaje marca el inicio de la parte práctica del libro de Romanos. Desde el capítulo 1 hasta el 11 el apóstol nos muestra grandes verdades teológicas y a partir del capítulo 12 aterriza esas verdades a la vida diaria del creyente que debe experimentar la voluntad de Dios en su consagración a Él (v. 1), en su humildad (v. 3), en el servicio a los demás creyentes (v. 4-8) y en el amor (v. 9-10). No hay ningún indicio de que Dios tenga una voluntad individual, sino más bien una general que debe aplicarse a todos los creyentes.

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual” (Colosenses 1:9)

Respuesta: ¿Cuál es el propósito de que los colosenses conozcan la voluntad de Dios? Para que anden como es digno de El (v. 10-14). Esto nos habla una vez más de obediencia a la voluntad moral y revelada de Dios en su Palabra y no a una voluntad individual o específica para cada creyente.

Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente” (Juan 5:19)

Respuesta: Es claro que el Unigénito Hijo de Dios tenía una relación especial con su Padre y todo lo que El vivió en esta tierra está ya determinado por el Señor desde antes que naciera como un hombre. Y también es claro que no podemos pensar que cada creyente va a tener esa misma clase de relación que existía entre ellos.

Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda” (Isaías 30:21)

Respuesta: El sentido de este texto se puede identificar cuando vemos el contexto más amplio del pasaje. El contexto de este capítulo es la denuncia de Dios al pueblo de Israel por abandonar a Dios y confiar en Egipto (v. 30:1-3) y seguir el camino de los falsos maestros que les guiaban por camino de maldad (v. 30: 9-11). Por ello, Dios les permitirá ser extraviados, atacados y confundidos; pero la misericordia del Señor sobre su pueblo garantiza que Dios hará volver a su pueblo a Jerusalén (v. 30:18-19) y le proporcionara verdaderos profetas, maestros de la Palabra que guíen al pueblo en la verdad (v. 30:20).

Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad salen por agua. Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor” (Génesis 24:12-14)

Respuesta: Este capítulo proporciona muchos principios sobre cómo elegir una mujer piadosa, fiel y trabajadora; pero no podemos tomar la historia de cómo Dios le proporciono mujer a Isaac como norma para la vida de todos los creyentes. La vida de Abraham, Isaac y Jacob era sumamente especial por ser los fundamentos de la nación hebrea y Dios guio de manera sobrenatural muchos de los aspectos de sus vidas. No podemos pensar, ni el texto lo sugiere, ni ningún apóstol o el Señor lo hacen, tomar este caso como la norma para encontrar pareja cristiana.

La postura tradicional nos dice que Dios tiene una voluntad unica y especifica para cada creyente

El proceso de tomar decisiones

Hay una enseñanza exagerada que dice que para toda acción en la vida debemos buscar la dirección y voluntad de Dios, pero eso claramente es una herejía y un abuso de lo que la Biblia enseña. Sin embargo, para la mayoría de nosotros, consideramos esta imagen:

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Eso quiere decir que hay decisiones “importantes” en las cuales si debo buscar la voluntad especifica de Dios y hay decisiones “no tan importantes” en las que no pido dirección sino que simplemente uso mi libre albedrio, la capacidad que Dios nos dio para decidir y elegir. Ahora, ¿esto es bíblico? ¿La Biblia hace esa distinción entre decisiones “importantes” y “no tan importantes”? Pues no! La Palabra de Dios enseña claramente que el hombre en muchos aspectos de su vida debe decidir pero no hace distinción acerca de tipos o categorías de decisiones:

  • Decisiones en asamblea de creyentes sobre asuntos de doctrina y practica (Deuteronomio 21:5, Hechos 19:39, 2 Corintios 13:1)
  • Decisiones personales: (Números 14:24, Rut 4:4, 2 Samuel 15:15, 2 Crónicas 24:4, Hechos 27:1, Romanos 14:13, Josué 24:22, Jueces 10:14, 1 Samuel 8:18, 1 Samuel 20:30, Hechos 15:22)
  • No vemos en estos pasajes diferencia entre tipos de decisiones. Simplemente vemos personas tomando decisiones.
  • Más bien vemos que la Escritura condena la indecisión! (Malaquías 2:2, Santiago 4:8)

Esta postura plantea muchos problemas porque una vez que empiezo a orar por saber la voluntad especifica e individual de Dios para la persona con quien me voy a casar (por ejemplo), para saber si el (ella) es la persona para mí, ¿hasta dónde debo orar? ¿Cómo sabré la respuesta? ¿Cómo discierno si es afirmativa o negativa la respuesta del Señor? En ese sentido muchos dicen:

  • Si tengo paz en mi corazón sabré que es la voluntad de Dios
  • Puedo pedirle a Dios una señal, un indicativo que me muestre si es afirmativa o negativa su respuesta
  • Si el asunto prospera o se realiza entonces es porque era la voluntad de Dios, sino es porque no lo era.

Lo curioso de esto es que ¡no hay argumento bíblico para estas aseveraciones!

  • La paz que el Señor Jesús nos da no está en función de nosotros o lo que hagamos sino que es la paz que viene de una relación personal con El (Juan 14:27, 16:33). Perdemos la paz y el gozo cuando nuestra relación con Dios se interrumpe por el pecado pero no es determinante para saber si una decisión es la voluntad de Dios o no (Salmos 51:12).
  • El hecho de que Gedeón pidiera una prueba a Dios de su llamado no lo hace un tema normativo para todos los creyentes. Es más, el mismo Gedeón sabía que lo que estaba haciendo (pedir señales) era algo que Dios no aprobaba (Jueces 6:36-40), aunque aún así lo hizo!
  • Si vamos a considerar que porque algo se realiza eso significa que es la voluntad de Dios, eso significa que entonces todos los asesinatos, los abortos, las violaciones son la voluntad de Dios. No olvidemos que, si bien es cierto el reino de Dios ya ha venido, el gobierno absoluto de Dios sobre este mundo aún no se realiza, entonces hay muchas cosas que suceden pero no son del agrado de Dios, aun así El las permite dentro de su plan soberano; pero no podemos confiar en que si algo se realiza es porque es la voluntad de Dios, algo que Él apruebe y le agrade.

¿Cuál es el problema de la postura tradicional?

  • Promueve decisiones inmaduras, poco sensatas y poco analizadas con el argumento “Dios me dijo” o “sentí hacerlo”. Mucho cuidado porque engañoso es el corazón (Jeremías 17:9)
  • Promueve demora innecesaria, pasividad y ausencia de investigación, razonamiento y análisis debido a la incertidumbre de buscar y esperar la voluntad individual de Dios
  • Alienta a que el creyente busque “señales” de la voluntad divina en las circunstancias externas y base sus decisiones en ellas
  • Impulsa a un mal uso de la Palabra de Dios (bibliomancia) al esperar encontrar un texto que justo aliente lo que pienso hacer
  • Promueve el actuar por “sensaciones” antes que por el consejo sabio de personas maduras, el sentido común y la revelación escrita de la Palabra de Dios.
  • Anula la libertad y capacidad que Dios ha dado a los hombres, en especial a los creyentes que tienen el Espíritu Santo, para decidir en sabiduría el camino que han de elegir.
  • Niega la verdad bíblica de que Dios es soberano y el hombre responsable delante de El por la manera como conduce y vive su vida.

La postura tradicional genera muchos problemas al rechazar el sentido comun, el consejo sabio y la direccion de la Biblia

 


La postura de la sabiduría

Esta postura nos dice que Dios ha dado libertad al hombre para elegir lo que debe hacer y debe basarse en los principios revelados de la Palabra de Dios. Si pudiéramos verlo como una secuencia de pasos seria así:

  • Cuando Dios ordena algo claramente en su Palabra, eso es normativo y los creyentes debemos obedecer
  • Hay algunos temas en los que no hay una orden clara. Entonces, Dios nos da la libertad y la responsabilidad de elegir qué decisión tomar. Para ello, debemos considerar lo siguiente:
  • Como creyentes debemos conocer profundamente la Palabra de Dios para conocer los principios generales dados por el Señor y así evitar pecar (Salmos 119:8-11).
  • Debemos pedir sabiduría al Señor para elegir correctamente (Santiago 1:5)
  • Debemos considerar el sentido común (Hechos 23:6-8, Proverbios 14:15-16)
  • Debemos considerar el consejo sabio de otros creyentes maduros en la fe (Proverbios 13:18, 15:22, 20:18)
  • Debemos orar pidiendo la dirección del Señor y esperar un tiempo prudencial para observar las circunstancias y tratar de tener todo el panorama completo de la decisión que vamos a tomar (Salmos 5:3)

  • Cuando hemos escogido lo que no va contra la Palabra de Dios y es sabio debemos confiar en que nuestro Dios es soberano y El hará que todo los detalles de nuestra decisión obren para bien, abriendo puertas o cerrándolas, conforme a sus propósitos.

 

El ejemplo de Hechos 15

Este es un caso sumamente interesante que la Palabra de Dios nos muestra: la iglesia naciente se encuentra frente al peligro de los judaizantes que quería opacar el evangelio de la salvación por gracia por medio de la fe. Bernabé y Pablo van a Jerusalén donde se va a realizar el primer concilio de la iglesia cristiana:

“Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo. Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien” (Hechos 15:12-29)

 

Lo que vemos aquí es que a la luz de la necesidad presente en la iglesia primitiva, en un caso novedoso para el cual no había dirección específica del Señor, se siguieron los siguientes pasos:

  1. Los líderes se informaron de las circunstancias presentes (v. 12) para tener un mejor panorama de la situación.
  2. Oyeron el consejo de Jacobo, uno de los principales líderes de la iglesia, hombre que tenía su mente llena de las Sagradas Escrituras, por ende sabio y maduro en la fe (v. 13-18)
  3. Se propuso una alternativa de solución que fue puesta a consideración de todos los involucrados (v. 19-21). Esta solución era practica (v. 19), bíblica (v. 20) y no contradecía las enseñanzas de la Palabra de Dios (v. 21). Se usó el sentido común, el consejo sabio y la dirección de las Escrituras.
  4. Se llegó a una decisión luego de considerarlo entre los apóstoles, los ancianos y los hermanos de la iglesia la cual prontamente pusieron en práctica. No vemos que oren pidiendo señal a Dios u oren pidiendo a Dios que les diga que hacer. ¿Por qué? Porque Dios les había llamado al ministerio, les había encargado el ministerio de la enseñanza y edificación de la iglesia del Señor. ¡No le podemos decir a Dios que nos diga que hacer cuando El primero nos dio el mandato! Era la responsabilidad de ellos velar por la salud de la iglesia y ellos obedecieron (v. 22-27).
  5. Los líderes de la iglesia están convencidos y conscientes de la soberanía de Dios en lo que hacían, puesto que ellos mencionan “nos ha parecido bien a nosotros y al Espíritu Santo” (v. 28-29)

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Consideremos los pasajes siguientes:

Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:7-9)

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Salmos 1:1-3)

Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar. Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo” (Éxodo 18: 17-24)

¡Oh, cuánto amo yo tu ley! todo el día es ella mi meditación. Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos; de todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra. No me aparté de tus juicios, porque tú me enseñaste. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira” (Salmos 119:97-104)

Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel. Para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad; para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura. Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo, para entender proverbio y declaración, palabras de sabios, y sus dichos profundos. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1:1-7)

 

Estos pasajes nos hablan de la importancia de tomar decisiones teniendo la sabiduría de la Palabra de Dios como base. La postura de la sabiduría es bíblica porque demanda que conozcamos y amemos la Palabra de Dios, que usemos la libertad que el Señor nos ha dado para decidir y que dependamos en oración de la sabiduría de Dios y de su soberanía, confiando en que el Señor va a dirigir nuestros pasos conforme a su propósito.

 

Tomar decisiones basadas en la Palabra de Dios es fuente de gozo

Conclusiones

  • La postura tradicional no es bíblica por cuanto descarga en Dios la responsabilidad que nos compete a nosotros de decidir.
  • La postura tradicional es peligrosa por cuanto deposita su confianza en señales y sensaciones internas antes que en la Palabra de Dios.
  • La postura de la sabiduría es adecuada y bíblica porque nos centra en el aprendizaje de la Palabra de Dios, la dependencia en oración por sabiduría y dirección y en el ejercicio de nuestra libertad, la cual tenemos de Dios y que debemos ejercer.
  • Plan para tomar decisiones:
  • Cuando Dios ordena algo claramente en su Palabra, eso es normativo y los creyentes debemos obedecer
  • Hay algunos temas en los que no hay una orden clara. Entonces, Dios nos da la libertad y la responsabilidad de elegir qué decisión tomar. Para ello, debemos considerar lo siguiente:
  • Como creyentes debemos conocer profundamente la Palabra de Dios para conocer los principios generales dados por el Señor y así evitar pecar.
  • Debemos pedir sabiduría al Señor para elegir correctamente
  • Debemos considerar el sentido común
  • Debemos considerar el consejo sabio de otros creyentes maduros en la fe
  • Debemos orar pidiendo la dirección del Señor y esperar un tiempo prudencial para observar las circunstancias y tratar de tener todo el panorama completo de la decisión que vamos a tomar

 

  • Cuando hemos escogido lo que no va contra la Palabra de Dios y es sabio debemos confiar en que nuestro Dios es soberano y El hará que todo los detalles de nuestra decisión obren para bien, abriendo puertas o cerrándolas, conforme a sus propósitos.

 

Amén!

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